sábado, 18 de octubre de 2025

Marta Vázquez Rivera


Ayer preguntaron  ¿cómo hace una mujer para escribir?

y alguien habló de Virginia Wolf.

 

Yo escribo gracias a Marta Vázquez  Rivera

y aunque no fue fácil, conseguí

que ella fuera a  la presentación

de mi primer libro,                         

en el Teatro La Conrado, allá por el 2014.

                                                          

Mi cuarto propio

fue y sigue siendo la cocina

de mi casita de plan de viviendas

donde nacen los poemas.

 

Escribo con marcador en los azulejos

y pego sobre el vidrio de la ventana

las poesías del próximo libro.

 

Mi ropa de trabajo es un delantal.

Lo uso cuando escribo

o para tomar clases con Diana.

Soy una cocinera a veces

y otras, una operaria

de la poesía.

  

Los artefactos de mi escritura son

cuadernos de variados tamaños,

una computadora común

y tres máquinas de escribir:

la imponente Remington 57 de mi madre

una Remington 22, blanca y moderna

y mi preferida, la Junior 58.

 

Marta Vázquez Rivera

cuidó mis hijos, mi casa y a mí.

Gracias a ella pude escribir poemas

y luego publicar, mi primer libro.

 

Marta está jubilada

la visito cada tanto.

Habla con la parsimonia de siempre

y nos reímos juntas

de algunas desgracias de este tiempo.

Vive en el oeste junto a su hijo Nacho

que es Profesor, egresado

de la Escuela de Música de Neuquén.

 

Gracias a Marta Vázquez Rivera,  escribo.

Por eso en aquella presentación de mi libro,

el primer nombre que se proyectó en el escenario,

después de la palabra “agradecimientos”

fue el de ella.

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