miércoles, 10 de septiembre de 2025

Junior 58



              








                             Las cosas también tienen “una vida” y una capacidad de animarse                                                           como dicen Gilles Deleuze y Jane Bennett. 

 

Yo me relaciono con los objetos de cercanía

las cosas que viven conmigo

¡no son solamente cosas!

 

Así, por ejemplo

admiro sensible y amorosamente

las máquinas de escribir.

 

Hace unos días

viendo esas maravillas en internet

me encuentro con una “Junior, modelo 58”.

Es muy extraña

y bella, portátil.

Su formato es chato y el teclado

avanza y ocupa

casi todo el artefacto.

Es de metal

esmaltada en negro

con teclas de borde plateado

y una capa de vidrio sobre cada letra.

Se la ve bien tratada

no tiene marcas

y brilla en su valijita.

 

Pienso en comprarla.

Es increíblemente hermosa

y me despierta curiosidad,

quisiera escribir con ella.

Cuando estoy acordando el intercambio

el vendedor se desconecta 

y me desilusiono.

 

Pero resulta que un día después

el vendedor me vuelve a contactar.

Como no estoy en la ciudad

y mi compañero sabe cuánto me encanta 

va a buscarla por mí.

 

Un rato después recibo un video de él,

me muestra emocionadísimo

la belleza de mi pequeña Junior modelo 58.

 

Es una máquina española, rarísima.

Me pregunto cómo habrá llegado a Neuquén.

Encuentro poca información. 

No veo otras como ella

en las páginas de Argentina.

 

El vendedor es un muchachito

que vive en el Barrio Belgrano

sector “La Familia”.

Me acuerdo cómo nació ese barrio

detrás del Walmart

con la toma de los terrenos, allá por el año 2000.

Como todos los barrios de Neuquén

que comenzaron siendo tomas de terrenos

y luego, poco a poco se fueron regularizando: 

Hipódromo, Cuenca XV, 

Almafuerte y otros.

 

El chico vive ahí

en la calle Los Naranjos 1150.

Tiene la edad de mi hijo.

Lleva un barbijo

y necesita asistencia para respirar,

es electrodependiente.

Vive con su madre. 

Dice que la máquina era de su papá,

que él murió.                                                           

Que nunca lo vió usarla, 

la tenía guardada 

y decía que la había heredado.

No sabe mucho más.

También vende una aspiradora de auto

una parrilla y un caloventor.

 

La gente está vendiendo sus cosas, 

como te había contado antes, querida Diana.

 

Buena vida Franco

y gracias 

por decidir venderme

la máquina de escribir de tu papá.

La “Junior 58” 

es bienvenida a casa! 

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