miércoles, 19 de julio de 2023

cuando sacan tu cadáver de la casa


te vas en una bolsa sobre una camilla plegable con ruedas

y la casa se vuelve a tu paso oscura y fantasmal

 

la mesada, las canillas

las baldosas del patio

 

una triste manguera verde reptando

parece ser lo único que sobrevive

 

y

 

tu perro

que ahora no es más tu perro

se queda

solo en el mundo

 

ya no te duelen las manos

ni te preocupan las deudas

 

no es un día especial

solo dos o tres vecinos en la vereda

y la ambulancia que vino

sin apuro

 

siempre atrae la novedad de la muerte

no hay en ello nada extraordinario

pero la gente se acerca con un gesto determinado 

y se para a mirar

 

la casa queda ahora atrás

repentinamente ajena

la tierra del patio que recibía el primer mate de la mañana

 

tus cosas cotidianas se vuelven monstruosas

el cepillo de dientes, el peine

tus zapatos

tienen partículas de tu piel

 

el espejo queda esperando la cita matinal

tu rostro de las cinco y media  

y la ducha que no arreglaste gotea

 

el mameluco, el casco, los botocos, por fin descansan  

 

la cocina más húmeda y fría que ayer

el foco que ahora sí prendió

 

hubo una vez un pájaro en la ventana

 

en las plantas la savia corre como en los manuales

cumpliendo las reglas de la botánica

 

lo que guardabas

ese fulgor que hizo rugir tu pecho

ya no esta aquí  

 

la humedad de las paredes que era tu paisaje familiar

se desdibuja                                                                                       

 

y nada más

porque te estás yendo por última vez de esa casa que fue tuya

alguien apaga el interruptor y la luz se evanece como tu aliento.

 

 

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