le hizo el pase justo
pero el bondiola se la perdió
y la pelota se fue a la calle
justo que pasaba la vieja
por un instante se quedaron
petrificados
pensando que el pelotazo
la mataba
cuándo la pelota estaba
a punto de impactarla de lleno
la vieja
-que calzaba unas alpargatas de
goma negra-
con la pierna derecha
la paró en seco
la pisó
y con la izquierda
le sacudió un pelotazo
que dejó al pompa frío en el
arco
mientras le hacían
el gol más increíble del que se
tenga memoria
en la canchita de Castelli.
Abrazo, Edith! Suelo visitar su blog.
ResponderEliminarabrazo poeta! gracias por tu visita por aquí.
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